domingo, 19 de octubre de 2008

Grafología de los Delincuentes

GRAFOLOGÍA DE LOS DELINCUENTES

La mayoría de los tratados y libros que existen sobre Grafología, sitúan como primera obra editada en relación con el estudio de la escritura, en el año 1.622
La mayoría de los tratados y libros que existen sobre Grafología, sitúan como primera obra editada en relación con el estudio de la escritura, en el año 1.622, la realizada por Camilo Baldo (1.547-1.634), profesor de Lógica y Metafísica en la Universidad de Bolonia, titulada Trattato come de una lettera missiva si cognoscano la natura e qualitá dello scrittore (El arte de conocer por el examen de una carta misiva las costumbres del escritor).
Sin embargo, existió un autor contemporáneo de Baldo, que escribió una obra anterior sobre el tema. Este primer grafólogo de la historia se llamaba Próspero Aldorisio, y publicó en el año 1.611 la obra Idengraphicus Nuntius, denominando Idengrafía al método por el cual estudiaba la escritura. Las investigaciones y estudios de Aldorisio habían caído en un olvido total, desconociéndose las razones de ello (aunque pensamos que la Inquisición, probablemente, tuvo mucho que ver con ello) y gracias a que han sido recuperadas públicamente hace relativamente pocos años, podemos conocer parte de lo que escribió, aunque por desgracia, la mayoría de sus escritos están desaparecidos, y sólo tenemos referencia de ellos por documentos de personajes de la época. Lo que es realmente extraño es que Camilo Baldo no nombrara en toda su obra la labor de Aldorisio, ya que con toda seguridad, tuvo que conocerla.
El hecho es que con la Idengrafía, Próspero Aldorisio era capaz de estudiar circunstancias de la persona, según referencias históricas de la época, que hoy día son impensables e imposibles con la actual Grafología, tales como conocer el color del pelo, la edad de la persona, su estatura, etc.
El primer documento del que se tiene noticia en el que se habla de Aldorisio y su ciencia, es una carta escrita por Giovanni Frigiolo y publicada por el librero Girolamo Bordoni en 1.610, dirigida al agente de Su Majestad Serenísima de Polonia y Suecia, Juan Bautista Solari ("Carta en la cual se razona sobre la nueva ciencia llamada Idengrafía, descubierta por Prosper Aldorisius"). En ella se relata como este hombre era capaz, en palabras de Frigiolo, de sacar de cada escritura, primero las cualidades del cuerpo, empezando por la forma del todo y pasando luego a examinar las partes: la cantidad de cartílago, de músculos, de venas (….); el color de su fisionomía: orejas grandes, nariz pequeña (….); la manera de andar, de hablar, las enfermedades a que está predispuesto el cuerpo (….). En fin, que conoce y revela por medio de la escritura todo lo que se puede decir de las características del cuerpo. Además, comenta Frigiolo, que una vez conocidas todas estas cosas, Aldorisio pasa a analizar las cualidades y la inclinación del espíritu (….) Puede representar las costumbres, las condiciones y los accidentes más notables de cada persona (….). Sabe reconocer las personas de alma grande o pequeña, al que es valiente y al que es tímido, al prudente, al tonto, al lujurioso, al recatado, al avaro, al sabio (….)
De todas formas, existe además una obra anterior a las dos mencionadas, que sin ser un libro exclusivamente dedicado al estudio de la escritura y su relación con el carácter, sí aparece en él un capítulo con tal pretensión. La obra es "Examen de ingenios para las ciencias, donde se muestra la diferencia de habilidades que hay en los hombres, y el género de letras que a cada uno responde en particular", del médico y filósofo español Juan Huarte San Juan, publicada en Baeza en 1.575.
Vicente Martins (profesor de Lingüística de la Universidad Estatal Vale do Acaraú (UVA), de Sobral, Estado do Ceará, Brasil), comenta, que hay una relación estrecha entre lectura y pensamiento, lectura y actitud, y más estrecha aún entre rechazo y personas con deficiencia en lectura. Las investigaciones recientes en Psicopedagogía, señalan cierto grado de cercanía entre problemas de lectura y delincuencia juvenil.

Él dice que el comportamiento del delincuente, en el medio escolar, en general está asociado con alguna dificultad de aprendizaje. Los niños con dificultades para leer bien, casi siempre son estudiantes aislados, que buscan superar sus limitaciones lingüísticas con comportamientos más agresivos, rebeldes y violentos.
Los bajos rendimientos escolares reflejan las limitaciones cognitivas y lingüísticas de personas con deficiencia en lectura, y la destreza en el deporte o en el arte, muchas veces pueden revelar un sentimiento de rebeldía, que es posible perdure en la fase adulta. Las personas con deficiencia en lectura son potencialmente los estudiantes que más presentarían problemas de indisciplina en la escuela.
Durante dos años, Martins observó y constató que las dificultades de lectura y la delincuencia juvenil son tipos de problemas que caminan juntos y, por lo tanto, exigen una intervención por parte de los agentes y autoridades educativos.
Según Martins, muchos estudiantes cometen actos antisociales, no porque sean pobres o por ser víctimas de una privación cultural, sino porque, no tienen un buen rendimiento escolar y presentan trastornos del lenguaje o dificultades para leer y escribir. En cuanto mayor grado de incultura, el niño es más propenso a la violencia, por motivos frívolos y banales.
Los estudiantes con dificultades de lectura y frustrados por cada tentativa, son tentados a faltar a clase y a frecuentar compañías poco deseables. Un estudiante que fracasa en la lectura, fracasa también a la hora de leer un problema matemático, y es un magnífico prospecto para la delincuencia.
Finalmente, sostiene Martins, la privación de la lectura interfiere en el desarrollo de la personalidad de los estudiantes. Un estudiante con deficiencia lectora vive triste y deprimido, agresivo y angustiado.

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